miércoles, 14 de diciembre de 2011

Lo demás es lo de menos

Tengo la necesidad de ya no verte, Ana, de engullirte a ti y a tu recuerdo como agua, a ver si desapareces, si claudicas o te cansas y envileces. Por eso cuando te vayas, procura a toda costa que me entere para tirarte a la cara mil cosas y todo el cariño que te tengo.

Cuando te vayas, procura hacer mucho ruido, vete por la puerta principal para que despiertes en mí el ánimo de detenerte. Haz escándalo, grítalo a todos, diles que me dejas solo; hazlo con el mismo ímpetu falso con el que de nuevo finges cargar las maletas vacías.

Cuando te vayas, senténcialo: “¡Órale! por marica”, prefiero escuchar eso a musitar: “Sí, pero no me chingues las retinas con tus pinches disculpas y clamores.” Cuando te vayas, procura a toda costa que me entere, para no jugar a hacerme el fuerte, para que veas cómo ya no suplico que te quedes.

Cuando te vayas, si te vas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario